04 junio 2007

Absolución en el juicio del 11M

En estos días estamos presenciando en el acto de la vista del juicio del 11M cómo los peritos que han analizado las muestras que se han recogido de los explosivos corroboran sus informes y atienden a las preguntas de las partes. Y también hemos visto cómo los traductores jurados de árabe contradicen las traducciones que incriminaban al supuesto cabecilla de la trama, “el Egipcio”.

Y, en relación con los explosivos, lo único claro es que no está claro qué explosivo fue el que estalló ese día en los trenes.

Se nos viene diciendo que los imputados, o al menos parte de ellos, traficaron con GOMA 2 ECO, que obtenían de Mina Conchita. De hecho el responsable de dicha mina ha declarado en el juicio que el explosivo procedente de este lugar es, efectivamente, GOMA 2 ECO.

De modo que lo que en un principio podía parecer que estaba claro, a juicio de algunos, naturalmente, hoy ya no lo está. Y me explico. Si parte de los imputados traficaron con GOMA 2 ECO y este fue el explosivo utilizado, lo lógico es que hubiera condena si se demuestra que efectivamente el explosivo utilizado fue GOMA 2 ECO. Sin embargo, la principal conclusión que se extrae de las pericias practicadas por los expertos, tanto de la policía, Guardia Civil como de parte, es que no está claro qué es lo que explotó. Porque han aparecido componentes que no son los propios de la GOMA 2 ECO. ¿Se contaminaron las muestras? no sabemos, tan sólo nos hayamos ante un material que bien podría ser GOMOA 2 ECO, o no.

Por tanto, si no está claro que lo que estallara en los trenes fue GOMOA 2 ECO, no puede haber una sentencia condenatoria en este sentido. Si los acusados traficaron con este tipo de explosivo y no se corrobora sin duda alguna que haya sido este explosivo el que estallara, la acusación carece de una prueba rotunda y definitiva para acusar por la explosión. Se podrá acusar de tráfico de explosivos, pero no de poner las bombas en los trenes. Y aun así sería difícil condenar por tráfico de explosivos cuando no se sabe con qué explosivo se traficó.

Y lo mismo digo de Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio", presunto ideólogo de la trama. Si hay unas grabaciones mal traducidas, y unos intérpretes dicen una cosa y otros otra, tampoco podrá haber condena, puesto que tampoco hay una prueba definitiva, clara y rotunda que lo incrimine.

No digo que sea la ETA quien haya puesto las bombas, que bien pudiera ser. Tan sólo digo que en un Estado de Derecho no puede condenarse sin una prueba rotunda que acredite la culpabilidad. Las simples conjeturas no valen.

La duda que a mí me queda es por qué la investigación se ha hecho tan mal. Por qué se han destruido los trenes, por qué sólo hay una línea de investigación, por qué no se han custodiado correctamente las pruebas encontradas, por qué al Gobierno no le interesa que se sepa la verdad.

¿Acaso en el PSOE, algunos han vuelto a llenarse las manos de sangre?

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